sábado, 22 de septiembre de 2012

MAL HUMOR FEMENINO

                              

                Esta mañana mi esposo me dice:  Parece que José y Martha pelean mucho. Yo le pregunto ¿Por qué? Me contesta: mira lo que puso José en el pin “Cuanto extraño mis años de soltería” y puso una foto abrazado con una tipa. Lo miré y le dije: Ustedes los hombres son tan inconscientes que extrañan sus años de soltería, pero no piensan que las mujeres que tienen (muchas profesionales exitosas) la extrañan mucho más.

                Y esto me llevó a la siguiente reflexión: Y pensar que yo quería casarme y tener hijos ¿y todo para qué, si la única que perdió mucho fui yo?  Uno se casa porque quiere una pareja, alguien con quien hablar, con quien compartir, con quien hacer el amor y con quien contar. Pues últimamente he encontrado muchas mujeres con la misma queja. Tienen un hombre que no las escucha cuando le hablan, que prácticamente no comparten nada porque se van en la mañana y regresan en la noche cansados y con ganas de que uno les prepare la comida para acostarse a dormir.  También la queja frecuente es que uno está demasiado cansada con el trabajo, los quehaceres diarios y los hijos y cuando finalmente uno se duerme, entonces ellos quieren sexo!.  Si sexo, no hacer el amor.  Y por supuesto a veces contamos más con una mejor amiga que con el mismo esposo.

                ¿Entonces, no deberíamos nosotras extrañar mucho más aquellos días en que hacíamos esperar a los chicos para salir con nosotras? ¿En decirles tanto que no, que los hacía esforzarse para que el momento fuera especial?  En poder dormir hasta tarde o en comer lo que fuera. Especialmente tener el control remoto del televisor para ver lo que uno quiera. ¿Cuánto de mi como mujer profesional se está perdiendo cuando tengo que pasar el resto de mi día recogiendo juguetes, haciendo teteros, cocinando, lavando traseros, dejando la ropa lista para usar, etc?  ¿dónde está el dinero que solía tener para mi?.

                ¿No deberíamos ser nosotras las que extrañemos nuestra soltería? Uffff,  big time! Y son tan tontos que todavía no se dan cuenta de la mujer que tienen al lado. Me imagino que tiene que ver con lo exhausta que cada madre queda al final del día y que no concuerda con aquella mujer que conocieron que estaba disponible y ardiente para una sesión amorosa. Puede ser también que aquella chica simpática que se reía de manera honesta no tiene nada que ver con la bruja que está en casa de mal humor y que tienen que soportar cuando finalmente llegan.

                Bueno, entonces me toca decirle a todos los hombres que piensan de esa manera que es cierto que estamos de mal humor, deprimidas y hartas de no poder hacer nada solas. De que cada vez que intentamos hacer cualquier cosa, debemos lidiar con aquello de que los niños se queden tranquilos  para poder más o menos hacerlas. Y no se trata de que no sintamos amor por nuestros hijos o por nuestro esposo, claro que los amamos! Sino de no poder tener la misma libertad que teníamos antes, aunque fuera en un 20%. Porque en el caso de los caballeros, ellos simplemente cuadran primero y participan después: Mi amor, mañana me voy a pescar con los muchachos! (a las once de la noche), cielo, retomé el curso de inglés, es todas las noches  (en la hora más difícil en casa), estoy pensando que me gustaría hacer un curso de buceo, porque siempre quise hacerlo (ah, y te parece que este es el momento perfecto…).  Quisiera poder hacer lo mismo, pero lastimosamente no puedo simplemente porque no puedo dejar a mis hijas solas en donde vivimos para salir a relajarme un poco y compartir un café mientras hablo con una amiga.

                Entonces ¿quién extraña más la soltería?. ¿ENTIENDEN AHORA CABALLEROS por qué tenemos mal humor? Porque ustedes quisieron casarse, sin asumir el compromiso y nosotras nos casamos y nos tocó todo el paquete completo. Esa es la verdad verdadera como dicen.


 

viernes, 24 de agosto de 2012

LA GRAMA SIEMPRE ES MÁS VERDE DEL OTRO LADO



         

     Recuerdo que cuando era niña mi mamá siempre me decía: Hija, la grama siempre luce más verde del otro lado; y lo hacía cuando veíamos a gente que parecía más feliz, que tenía más dinero, o cualquier otra característica que nos hiciera pensar que tal vez era mejor vivir una vida así.

     Hoy en día entiendo lo que mi madre me decía. Veo parejas superfelices (o que al menos lo parecen) separarse, observo gente que parece muy feliz que lleva una vida sin sentido, o aquel que lleva una vida ostentosa y todo el mundo sabe a que se debe. Todos, y leánme bien… TODOS, tenemos problemas, defectos, metemos la pata o le caemos mal a alguien. Nadie se salva de eso. Aunque uno tiende a ver mejor lo de los demás que lo suyo propio.

     Algunos somos más feos, pero más felices o con más dinero. Otros tienen mucho dinero, pero no son felices y otros son bien bonitos, pero no tienen dinero. Es muy difícil encontrar a alguien con todo.

     Recientemente ha sido noticia el divorcio de Tom Cruise. ¿Y quién no lo recuerda saltando en el programa de Oprah diciendo que estaba enamorado poco después de haberse divorciado de Nicole Kidman?  Más bonita, talentosa y con dinero imposible! En aquel momento se dejó entrever que era por ella, y aquellos que observamos con paciencia esperamos que el tiempo (eterno juez sabio e imparcial) nos dijera la verdad. 

     Siete años después la joven, hermosa, adinerada y talentosa nueva señora de Cruise le puso el divorcio sin hacer mucha bulla. Fue rápida y contundente. Esto me hace pensar en Nicole quien fue paciente durante mucho tiempo, quien estuvo a la sombra de su marido y quien al separarse vio llegar el reconocimiento de su trabajo, el amor y se convirtió en madre. Siempre se vio a Tom sonriendo al lado de ambas damas.

     Es fácil dejarse cegar ante una persona que vemos más feliz, o que parece que no tiene problemas. Nadie sabe lo que pasa en la casa de al lado y mucho menos en el corazón de la gente.       

     Por esto hay que hacer como mi amiga María Beatriz quien dice: yo doy gracias a Dios todos los días por el esposo tan maravilloso que tengo, por la familia que tengo, por las oportunidades que se me presentan y por la vida que vivo. Ahora pienso que antes de sentirnos tristes porque pensamos que algo nos falta, es mejor ver lo mucho que tenemos y dar gracias por ello.


domingo, 3 de junio de 2012

¿QUE PASÓ CON NUESTRA AUTOESTIMA?

La canción dice así:

Soy el ladrón de tu amor y estoy confeso
Yo sé bien que no estarás cuando me vaya
Y aunque te duela más
Apréndete esto: que quien te hace llorar
Es quien te ama
Que quien te hace llorar es quien te ama.

La fulana canción era de una novela llamada Leonela, en la que la protagonista sale a tomar un poco de aire a la orilla de la playa y se consigue a un borracho que la viola, pero que después se enamora de ella. Ella lo manda a la cárcel, lugar que él aprovecha para estudiar y sale como abogado (misma carrera de ella). Comienza entonces el drama, porque él la ¿ama? Y desea que lo perdone para poder estar juntos y ella ….  Ufff que temas!!!!

Lo que me pone un poco loca, no es sólo el contenido de la novela porque supongo que hoy las hay peores (la última telenovela que vi fue Xica Da Silva); sino el estribillo de la canción en el que Gualberto Ibarreto dice “apréndete esto: que quien te hace llorar es quien ¿te ama?”.  Me pregunto:  ¿Cuántas mujeres pensarán que esto es cierto y creerán que el amor es vivir este tipo de dramas en los que casi siempre quien sale perdiendo es uno?  ¿Es que acaso la forma normal de amar o al menos positiva ha sido tergiversada entre tanta telenovela por este tipo de cosas? ¿Cree en realidad una mujer en eso de sufrir por amor? Sufrir no es igual a amor. Lamentablemente no. Y la historia lo refiere así: villanos=sufrir, héroes=salvadores.  Entonces es falso eso de que quien te hace llorar es quien te ama Gualberto!.  Quien te hace llorar, simplemente no te quiere, es alguien a quien en realidad no le importas, o aquel que disfruta haciéndote daño y eso, amigos míos, no es amor.

Cuántas historias hemos escuchado en nuestro entorno de mujeres que sufren y que la gente cree que son buenas por eso, no creo que sean buenas del todo, creo más bien que el conteo de la autoestima lo tienen en menos cero.  Dejarse maltratar por un hombre no es vivir el amor, es simplemente eso, dejarse maltratar. ¿Y cuándo se convierte en maltrato?  Cuando no hay respeto, cuando se te trata como alguien inferior, cuando se te trata como una tarada, cuando tu opinión no es importante y ni hablar cuando te golpean!.

Este tipo de cosas tiene todo un trasfondo cultural, porque las madres permiten que sus hombres (esposos, amantes, novios, lo que sea que tengan) las maltraten frente a sus hijos. No sólo esto, sino que ellas mismas se arrastran por un tipo con tal de lograr algo de atención. Los niños varones crecen viendo esto y piensan que el hombre es un tipo de semidios que debe ser idolatrado por la mujer y que tiene derecho a hacer lo que le de la gana. En el caso de las niñas, aunque hay algo que les dice que no está bien, tan pronto como tienen pareja, se ven repitiendo el mismo patrón. Y ni hablar de la basura que se ve en las telenovelas, que si alguien lo toma como ejemplo, entonces debe estar viviendo una vida sin valores y completamente miserable.

No hay maltratador sin víctima y lo más importante es decir BASTA! Basta de manipulación haciéndote sentir que no vales nada, basta la burla a todo lo que dices o incluso la indiferencia, basta de descalificaciones y de no ver lo verdadero que hay en ti, pero principalmente basta (para ti mujer) de no valorarte al estar con un hombre que no tiene la menor idea de quien eres.

Y escribiendo esto, me acordé de otra canción que me gusta más de Gloria Trevi que dice:

tu me hiciste sentir que no valía,
y mis lágrimas cayeron a tus pies,
me miraba en el espejo y no me hallaba,
      yo era sólo LO QUE TU QUERÍAS VER….

(Y aquí la parte en que la mujer dice BASTAAAAAA)

Y me solté el cabello, me vestí de reina,
Me puse tacones, me pinté y era bella
Y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme,
Pero tus cadenas ya no pueden pararme
Y miré la noche y ya no era oscura, era de lentejuelas….

¿Cuantas mujeres viven este tipo de vida sin atreverse a vivir la segunda estrofa que Gloria nos ha enseñado con su propia vida?  Una vida mejor sólo es posible con una valoración de sí misma.




jueves, 10 de mayo de 2012

CARTA A MI PAPÁ QUE CUMPLE 70 AÑOS

Valencia, 16 de septiembre de 2010

Papi: Hoy cumples 70 años! 70 años! Tengo que repetirlo, porque me parece mentira que el tiempo haya pasado tan rápido y que hoy cumplas… 70 años!  Hace poco eras ese niño que sales en brazos de mi abuela en la foto, hace poco eras el niño que la abuela Mariana llevaba al río cuando lavaba la ropa y lo sentaba debajo de un árbol… que rápido ha sido y cuánto has hecho en ese tiempo!
Aunque aún hay historias que no me sé, me gusta escuchar tus recuerdos de cuando eras un muchacho y estudiabas en la Grita. O de cuando volabas aviones junto al conejo Dorta y hacías piruetas con guantes y te ponían triple A. Me gusta escuchar tus historias porque ellas hicieron que hoy fueras quien eres. Me gusta escuchar tus historias de cuando eran muy pobres y las cosas que tenían que hacer, porque hoy no hay quien me convenza que ser pobre es motivo para ser un delincuente o ser chusma, un mal educado. Ustedes fueron muy pobres, pero han sido, y TU HAS SIDO, ejemplo de esfuerzo, trabajo y superación.
Papi, eres un alquimista puro, porque con tan pocas cosas hiciste mucho. Le diste cobijo a tu mamá y a tus hermanos, aunque tu tuviste que hacerte solo. Le diste cobijo a tu mujer y a tus hijas, pero las ramas de ese árbol frondoso en el que te convertiste ha dado sombra hasta a tus nietos. Eso es algo que todos reconocemos. Pero eso no fue todo, te eximiste de muchas cosas para poder lograr eso. Nunca nos faltó nada y eso te lo debemos a ti. Has sido ejemplo de bondad, de desprendimiento, de responsabilidad, de preocupación por el otro, de cariño, de honestidad.
De mi papá nunca podrán decir que estuvo metido en un guiso robándose unos reales, porque creo que no se coge ni los reales que le dan de más cuando se equivocan con el vuelto!. De mi papá nunca podrán decir que se lo llevaron borracho hasta la casa, porque si bien es cierto que en algún momento TODO EL MUNDO se echa unos palitos de más, ese no fue el ejemplo que vi en ti, papá. De mi padre nunca podrán decir que fue un tipo malo que estuvo embromando a la gente para su  propio beneficio, porque eres de los que prefieren que lo embromen pero tener la conciencia tranquila.
Papi, gracias por todo el amor que nos han dado, que me has dado. Nos enseñaste lo que son los valores y creo que a lo largo de tu vida lo has hecho bien. Si Dios tuviera que darte una nota, seguramente sería triple A. Gracias porque ahora entiendo cuanta paciencia hay que tener para criar a un hijo, cuanto desprendimiento hay que tener para que lo tengan todo, cuanto hay que desvelarse mientras ellos duermen. Creo que has cumplido con todos. Gracias papi por ser ese padre ejemplar, mi adoración y mi gordo. Gracias por ser mi papá.
Te amo,   
tu hija.

viernes, 9 de marzo de 2012

Depresión Postparto

      
       Ese cuento de la depresión postparto uno lo escucha siempre y no se imagina de qué se trata.  Algunos piensan que uno se pone un poco triste algunos días y ya.  Una psiquiatra me explicaba que como uno viene del embarazo con las hormonas hasta el techo y después de tener al bebé caen “abruptamente”  (así  fue como me lo dijo)  entonces, la mujer no goza de ese estado de felicidad que le precede al alumbramiento.
       Pero después de vivir la experiencia personalmente (2 veces) dije un día:  que hormonas, ni qué hormonas, la fulana depresión postparto llega porque no puedes dormir (el bebé llora a cada rato para que le des de comer y le saques los gases porque le da cólicos), no puedes comer (especialmente si eres primeriza porque no quieres que el bebé llore ni un segundo, entonces no te separas de él), no puedes ni siquiera peinarte, cepillarte los dientes y mucho menos maquillarte antes de mediodía porque estás tan cansada que estás durmiendo cuando puedes o tan entregada al bebé que no te da tiempo.
       Esa es sólo la primera parte de la cosa, porque cuando “por fin”  te da tiempo de hacer algunas de las cosas básicas de aseo y de necesidades personales, entonces te ves al espejo y te das cuenta que estás gorda,  que te salieron estrías, que tus senos ya no son como antes… y aunque estás feliz de haber traído al mundo esa cosita maravillosa que probablemente tengas  durmiendo en tu cama (por aquello de que no quieres separarte ni un segundo de él) te das cuenta de que has tenido que renunciar a mucho, a tu trabajo, a tus relaciones, a tus momentos de intimidad con tu pareja (ahora todo es bebé), a tus amigos y hasta a la forma en que lucías antes de.
       Nuestras parejas llegan a casa y esperan conseguir a aquella mujer flaca (de revista) que tenían antes, arreglada y de excelente humor después de culminar su jornada laboral, y se encuentran en cambio a una mujer que no le dio tiempo de arreglarse mucho, que tiene unos kilos extra y para más colmo que lo único que ha escuchado en todo el día es el llanto de su angelito.  Eso ocurre día, tras día, tras día.  Un día uno se pregunta ¿dónde está aquella mujer que YO ERA? Que te digo depresión postparto, osea, super depresión postparto. Nuestros maridos se van a trabajar,  pasan todo el día compartiendo con diferentes personas, hablan de temas interesantes y tienen distracción mental.
       Una por su parte, además de lo ya descrito anteriormente está comprometido hasta físicamente en el asunto:  te duelen los senos y hasta el útero!!!  Porque todo debe volver de nuevo a su sitio.  La gente dice:  tranquila, que eso pasa.  Y uno piensa:  ¿Cuándo?.  Es por esto que creo que más allá de un proceso hormonal, la depresión postparto es el darse cuenta que uno como mujer de hoy en día que se rodea de mucha gente, pasa a estar encerrada o limitada, porque la prioridad número uno en tu vida ahora es un bebé.  Dejas de ser tú para dedicar tu vida a alguien más.  Y esa depresión es el duelo que uno vive por esa mujer que uno ama que es uno mismo y que se ha ido por un tiempo, para volver luego, lo que pasa es que no sabemos cuando.
       Aprovecho esta edición dedicada a los caballeros para que a través de este relato entiendan un poco más a sus mujeres que a veces actúan extrañamente y ¿cómo no hacerlo, si ya no somos nosotras mismas?  Es allí donde se requiere el apoyo emocional, físico, mental y hasta espiritual de nuestros hombres.  Porque si, amamos a nuestros hijos y somos capaces de renunciar a muchas cosas por ellos, algunas para siempre y otras temporalmente, pero también nos amamos a nosotras mismas y así como nos toma un tiempo volver a nuestro peso y volver a dormir “toda la noche” , también nuestra vida como mujer, la vida que llevábamos antes,  tarda un poco en volver a la normalidad.

Hasta cuándo sanar

       La experiencia que me ha dado el tener un programa de entrevistas diario, además de haber hecho esta labor en una querida emisora de radio por casi 6 años y haber dedicado ese tiempo a expandir un conocimiento que parece haber hecho un boom en los últimos años como lo es el de las terapias, me ha hecho reflexionar mucho.  He entrevistado a innumerables terapeutas regionales, nacionales y hasta internacionales. Y en muchos de ellos he encontrado una forma genuina de ayudar a otros, pero en otros he encontrado que es una forma de hacer negocio.  Y no me refiero al hecho de que cobren por un taller o por su trabajo, sino al hecho de que nos convencen de que necesitamos ayuda en todas las áreas de la vida y muchos de ellos pretenden enseñarnos a vivir cuando su propia vida es un verdadero desastre.
       Seamos sinceros, NADIE tiene una vida perfecta. Todo el mundo tiene sus defectos y virtudes y sufrimos con frecuencia el tener que vivir las consecuencias de nuestras debilidades. Pero esto no significa que debamos pasar toda una vida en terapia o en todas las terapias que salen para que  “algún día”  cuando “sanemos” entonces podamos llevar una vida mejor.  Hay casos de casos y ciertamente creo que en algún momento de nuestras vidas podemos necesitar ayuda o que hay personas que necesitan más ayuda que otras.
       La cosa ha llegado a tal punto que ahora quieren convencernos de que traemos traumas desde el nacimiento y bueno… tal vez, pero entonces ¿quien ha nacido sin trauma? ¿estamos todos condenados a vivir en terapia porque nuestra mamá se ponía brava o triste cuando estábamos en su barriga?.  Cualquier mujer que haya pasado por un embarazo sabe la montaña rusa que son sus hormonas, como uno se pone sensible y además la vida continúa sin poder evitar que durante 9 meses puedan pasar cosas que nos perturben mientras estamos gestando.  Somos seres humanos viviendo una experiencia física y como tal debemos vivir con los pies bien puestos sobre la tierra, disfrutando de todo aquello que el mundo nos ofrece, porque ya nos quedará tiempo de andar de nube en nube disfrutando de nuevo del mundo espiritual.
       Es un patuque, porque se mezcla lo espiritual con lo mental, con lo emocional y de alguna manera nos convencen de que si nuestra vida está patas arriba es porque no hemos sanado y no porque es la consecuencia lógica de nuestros actos y no del destino.  Seamos honestos, ¿cuántas personas conocemos, vemos la forma en que se comportan (incluyéndonos) y podemos predecir en que terminará la cosa si no hay un cambio?.
       Una de las preguntas que hago frecuentemente a mis entrevistados que manejan algún tipo de terapia es esta: ¿hasta cuándo vamos a estar sanando?. 
       Se ha puesto muy de moda cualquier tipo de terapias y esto en cierta forma es bueno, porque hace que la gente accione la ayuda para mejorar diferentes áreas de su vida.  Cada día surgen más y más terapias, y yo pienso que hay personas que buscan la ayuda que necesitan y salen adelante. Esto es muy válido y no debemos negarnos a buscar ayuda cuando realmente la necesitamos.
       No quiero con esto echar a un lado el trabajo que hace la mayoría de los terapeutas.
       Me refiero a aquellos que nos quieren convencer de que no seremos felices hasta que no sanemos, que tenemos que hacer cuanto curso y taller aparece, y no lo digo por incrédula, lo digo porque he investigado muchísimo, leído muchísimo y hecho cuanto taller he podido. Entonces me doy cuenta después de recorrer ese largo camino que en verdad no hay nada que sanar, que sólo hay que aceptar lo que somos y quienes somos. Que la única manera de cambiar o transformar nuestras vidas es aceptando que tenemos cosas buenas que compartir y cosas no tan buenas que mejorar. Y que cuando decidimos llevar una vida más feliz, de más disfrute, más honesta con nosotros mismos y en armonía, no hace falta tanto curso, ni tanta terapia, ni tanta gente que nos ayude. Porque la verdadera ayuda sólo podemos encontrarla en nosotros.
       Muchos maestros espirituales lo dicen:  El poder está en ti, no afuera.  El poder de decidir la vida que quieres llevar, no importa que en este momento parezca imposible, sólo tenemos que hacer las cosas en concordancia con lo que queremos. Lo contrario es sabotearnos y si nos estamos saboteando, no hay terapia que nos ayude.  Confiemos en la vida, confiemos en nosotros mismos. Esa fue la verdad que encontré para mí y hoy aprovecho la oportunidad de compartirla  contigo.

Cada quien tiene la vida que merece

       A veces vemos a las personas y no entendemos por qué alguien a quien apreciamos o simplemente nos parece “una buena persona” tenga que pasar por todas las cosas que le ocurren.
       El otro día escuché a un profesor ecuatoriano decir: “eres responsable del cactus en el que te sientas” y me dio risa cuando imaginé lo que él estaba diciendo, pues no puede haber nada más incómodo y doloroso que sentarse sobre un cactus… ¿el cactus fue a perseguirte para colocarse debajo de ti o tu escogiste sentarte sobre él? pero, en serio ahora, él decía que si siembras una semilla de cactus no debes quejarte de sus púas.
       No nos damos cuentas de las elecciones que escogemos: te enamoras de un tipo que es el alma de la fiesta, pero no te gusta luego de que te casas que salga a parrandear (fiestear) solo y mucho menos que llegue borracho a altas horas de la madrugada. Cuando tus hijos ven llegar a su padre borracho te preguntas entonces ¿por qué no lo vi antes?. Tal vez quisiste disfrutar toda tu vida de las cosas que el dinero podía darte, pero ahora que estás llegando a la vejez te das cuenta que ni siquiera tienes algo que dejarle a tus hijos o peor aún, un lugar donde vivir porque si paras de trabajar no podrás pagar la renta y te echarán a la calle.
       La mujer que llora porque ya no tiene una familia, pero que le hacía la vida imposible al marido o se quejaba de llevar una vida que no le gustaba también es un ejemplo de eso.       
       La madre o el padre que entregaron la educación de sus hijos a los juegos electrónicos, no pueden renegar luego de que sus hijos no los quieren.  Lo llamamos conciencia. Disney lo llamó Pepe Grillo, pero es en resumen esa vocecita que nos dice que hacer y, que en muchas oportunidades y del nivel de conciencia, le hacemos o no caso.
       Entonces, si podemos cosechar “malo” por qué no tomamos conciencia y cosechamos “bueno”?
Debemos planificar nuestro futuro. Sentarnos a pensar qué deseamos para nosotros mismos y luego, poner todo nuestro corazón en nuestros sueños, nuestras manos en la obra y hacer que nuestras piernas caminen para lograr nuestros propósitos.
       No podemos quedarnos sólo en los sueños. No podemos sólo desear, porque podría pasarse el tiempo y quedarnos con un corazón roto, sueños deshechos y las manos vacías.
       Es necesario entender que la única persona que puede hacer algo por ti eres tú mismo. Que la única persona más importante en tu vida debes ser tú…. Y no me malentiendas, no se trata de ser egoísta, sino que nadie va a estudiar por ti, a trabajar por ti, a buscar las oportunidades para ti, a vivir sólo para satisfacerte y complacerte. Si quieres comer helado, deberás ir a buscarlo o al menos llamar a alguien para que te lo traiga, en cuyo caso deberás marcar el número telefónico para que eso ocurra.  Eso se llama acción!
       Nadie va a poner sus propios intereses a un lado por cuidar los tuyos. Esa es la razón por la cual debes ocuparte de ti, de mejorar como persona, como ser humano, como parte de una familia, como parte de la sociedad. Nadie puede hacerlo por ti. Y si no te quieres, si piensas que todos pueden estar antes que tú y si permites que con frecuencia cada quien te utilice para satisfacer sus necesidades (antes que las tuyas o incluso a veces en tu contra) sabrás que tienes la vida que mereces.