viernes, 24 de agosto de 2012

LA GRAMA SIEMPRE ES MÁS VERDE DEL OTRO LADO



         

     Recuerdo que cuando era niña mi mamá siempre me decía: Hija, la grama siempre luce más verde del otro lado; y lo hacía cuando veíamos a gente que parecía más feliz, que tenía más dinero, o cualquier otra característica que nos hiciera pensar que tal vez era mejor vivir una vida así.

     Hoy en día entiendo lo que mi madre me decía. Veo parejas superfelices (o que al menos lo parecen) separarse, observo gente que parece muy feliz que lleva una vida sin sentido, o aquel que lleva una vida ostentosa y todo el mundo sabe a que se debe. Todos, y leánme bien… TODOS, tenemos problemas, defectos, metemos la pata o le caemos mal a alguien. Nadie se salva de eso. Aunque uno tiende a ver mejor lo de los demás que lo suyo propio.

     Algunos somos más feos, pero más felices o con más dinero. Otros tienen mucho dinero, pero no son felices y otros son bien bonitos, pero no tienen dinero. Es muy difícil encontrar a alguien con todo.

     Recientemente ha sido noticia el divorcio de Tom Cruise. ¿Y quién no lo recuerda saltando en el programa de Oprah diciendo que estaba enamorado poco después de haberse divorciado de Nicole Kidman?  Más bonita, talentosa y con dinero imposible! En aquel momento se dejó entrever que era por ella, y aquellos que observamos con paciencia esperamos que el tiempo (eterno juez sabio e imparcial) nos dijera la verdad. 

     Siete años después la joven, hermosa, adinerada y talentosa nueva señora de Cruise le puso el divorcio sin hacer mucha bulla. Fue rápida y contundente. Esto me hace pensar en Nicole quien fue paciente durante mucho tiempo, quien estuvo a la sombra de su marido y quien al separarse vio llegar el reconocimiento de su trabajo, el amor y se convirtió en madre. Siempre se vio a Tom sonriendo al lado de ambas damas.

     Es fácil dejarse cegar ante una persona que vemos más feliz, o que parece que no tiene problemas. Nadie sabe lo que pasa en la casa de al lado y mucho menos en el corazón de la gente.       

     Por esto hay que hacer como mi amiga María Beatriz quien dice: yo doy gracias a Dios todos los días por el esposo tan maravilloso que tengo, por la familia que tengo, por las oportunidades que se me presentan y por la vida que vivo. Ahora pienso que antes de sentirnos tristes porque pensamos que algo nos falta, es mejor ver lo mucho que tenemos y dar gracias por ello.